Albóndigas de avena
Hoy te traigo a mi blog una nueva receta saludable de albóndigas de avena. Este es un cereal con alto contenido en proteínas, hidratos de carbono de absorción lenta y fibra, por lo que sacia antes y, además, la energía que proporciona va aumentando progresivamente. Esto evita el cansancio y la ansiedad por comer entre horas.
La avena también ayuda a reducir el colesterol (principalmente el “LDL” o “malo”), estimula la glándula tiroides, estimula el páncreas favoreciendo el control del azúcar en sangre, fortalece la musculatura, ayuda a relajarte y concentrarte, previene el agotamiento mental y es muy digestiva.
A nivel ayurvédico, la avena es un cereal de sabor dulce, energía caliente, pesada y aceitosa, por lo que está muy indicado para los desequilibrios de vatha principalmente, y para pitha en segundo grado.
¡Vamos a por la receta!
Aunque hay que dedicarlo un rato de amor y devoción, se trata de una receta relativamente sencilla y con ingredientes poco complejos.
Estos son los ingredientes de las albóndigas de avena para 20-22 unidades:
- 2 tazas de copos de avena finos
- 1 taza de leche de avena
- 1 ajo bien picado
- 1 cuchara pequeña de comino en polvo
- sal fina o del Himalaya (la rosada)
- pan rallado o harina de garbanzo
¿Cómo hacerlas?
En un bol coloca los copos de avena y añade el ajo picado, la sal y el comino. Por otro lado, calienta ligeramente la leche (simplemente que no esté fría y algo más que templada). Una vez caliente, añádela al bol y mézclalo todo para que empiece a quedarte una pasta suave. Si la pasta ha quedado muy líquida, deshecha una parte del mismo.
Ahora añade progresivamente el pan rallado o la harina de garbanzo, hasta que consigas que la pasta se convierta en una masa que se te despegue de las manos y te permita darle forma. Una vez la tengas, dale forma redonda a las albóndigas.
A continuación, en una sartén con poco aceite ya caliente, coloca las albóndigas de avena. Así las vas cocinando a fuego lento, y removiéndolas regularmente para que se doren por todos los lados (si te gustan un poco más crujientes, déjalas un poco más de tiempo sin remover).
¡Ya tienes las albóndigas!
Así quedan muy sosas, por lo que te recomiendo añadirle algún tipo de salsa para acompañarlas. Yo las he acompañado con un sofrito de tomate, calabacín, pimiento y cebolla.
Para hacer el sofrito he troceado 1/4 de cebolla, 1 pimiento verde, 1/2 calabacín y un tomate y medio, añadiéndole una pizca de sal y 1/2 cucharita de jengibre en polvo. Una vez que está todo troceado, añádelo a una sartén con aceite ya caliente y déjalo unos 10-15 minutos a fuego medio.
Cuando ya esté el tomate totalmente deshecho, añade las albóndigas a la sartén y déjalo a fuego lento durante 5 minutos. Remueve un poco las albóndigas para que se mezclen bien con el sofrito. ¡Y ya está el plato listo!
¡Buen provecho!
Víctor Taltavull Terapeuta y Formador Ayurveda www.insayu.com